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lunes, 16 de diciembre de 2013

ABADÍAeMET: historia de un intento de linchamiento o el batacazo de la prepontencia.


Ante todo, disculpen la demora. No ha pasado un sólo día en que no me acordase de esta especie de volcán-blog. Llevo meses esperando una sentencia sobre un Contencioso que se interpuso a finales del verano de 2012, para poder continuar mis reflexiones con datos en la mano. Confío en que también perdonarán mi causticidad.
Les adelanto: AEMET se ha estrellado contra el Juzgado. Hemos ganado el contencioso.

Les voy a contar, pero no sin antes definir a la Agencia como una Abadía, donde el ABADeSO, cual señor feudal, parece cortar todo el bacalao, incluida la voluntad del recién estrenado President, sí, sí, aquel que entró presumiendo de sincero... que me entero de casi todo. Por supuesto, en la próxima entrada les contaré y demostraré por qué digo ésto, ya que está relacionado con dos perlas filipinas que me envió este súper señor (Miguel Ángel López) no hace mucho; en definitiva, nada nuevo bajo el sol, así que no se hagan muchas ilusiones con él. Y digo “me”, en cursiva porque, como sé que nadie de la Abadía-Aemet ni de los periféricos va a pedir disculpas a mi madre, esta cruzada es ya solo mía, y no lucho precisamente desde el tradicional lado cristiano sino desde el de Internet.

Hace unos días nos llegó la Sentencia del Juzgado en la que se desgrana y desmonta, uno por uno, todos los argumentos del abogado del Estado que defiende las actuaciones de AEMET. ¿Se acuerdan de que me pasaba los posts diciendo que no se cumplía la Ley? Bien, pues el Juez me ha dado la razón. Y es una ley muy sencillita ¿eh? Pero el cerebrín de turno de AEMET -el ABADeSO- prefería improvisar, inventando, decidiendo tomar las curvas por el atajo y atropellando a sus enfermos, hasta que se ha estrellado. Como dice Sheldon Cooper, zás en toda la boca. La sentencia se refiere a una baja que presentó mi madre el día 16 de agosto de 2012: ella había presentado bajas en múltiples ocasiones, y la Abadía-Aemet se las ha pasado por el forro, acusándola de intento de fraude, basando siempre su denegación de licencia en varios puntos:

1º) Que no se ha reincorporado al servicio tras la finalización, por agotamiento, de su incapacidad temporal el 21-03-2010, y que el nuevo parte supondría reabrir un proceso ya cerrado, lo cual resultaría incardinable en el art. 93.1.a.

2º) Que en proceso contencioso administrativo de fecha 25/06/2012 se resolvió que no procedía su jubilación por no estar acreditada la irreversibilidad de su patología, y que por lo tanto tendría que incorporarse inmediatamente a su puesto de trabajo. La no incorporación podría dar lugar a nuevas actuaciones disciplinarias.

3º) Que en fecha 16/02/2011 se incoó expediente disciplinario por ausencia injustificada.

Y la Sentencia -voy a resumir, son diez folios- dice:

- Que no es aplicable el art. 93.1.a por no haber intento fraudulento de conseguir una baja.

- Que una resolución denegatoria de jubilación no tiene más efecto que el que no te jubilan, no tiene nada que ver con estar de baja, ni con incorporarte a tu puesto de trabajo.

- Con respecto al expediente disciplinario, no menciona nada al tener constancia el tribunal de que dicho expediente fue sobreseído por el Ministro, disculpando sus ausencias, un par de meses después del inicio de este Contencioso.

- Lo único que, según la Sentencia, es aplicable en este caso es el art. 20.2 del R.D. 2/2002 en el que se contempla que para poder disfrutar de una licencia por la misma enfermedad, tienen que haber pasado 180 días desde la última licencia disfrutada, y se considera un nuevo proceso.

- Y la Sentencia reconoce “el derecho de la declarante a la licencia por enfermedad solicitada, con todos los efectos legales desde el 16 de agosto de 2012”.

La sentencia tiene fecha de 19 de noviembre de 2013. De momento AEMET no ha dado señales de vida y no me extrañaría nada que intentasen “escaquearse” de cumplir con su obligación, as iúsual. Si alguno está en el mismo caso que no dude en ponerse en contacto conmigo y le facilitaré una copia de la Sentencia, para que la utilice como crea conveniente. 
 

Y, el señor Arteche..., bueno, bueno, bueno... todo un yentelman periférico... A propósito míster, imagino que no le habrán informado de la sentencia del Contencioso, desde los Madriles, igual que no le informaron del sobreseimiento del Expediente Disciplinario... Bueno, pues yo también seguiré esa línea y le pongo a la cola, en los dominios de la mosca verde. No se apure ni tenga prisa, que voy a recordar cuál ha sido su actuación, cuando su mano, en controlada traición y haciendo un estúltico alarde de absoluto desprecio hacia mi madre, no le tembló y firmó cierta cosa que, ahora, ya, con esta sentencia en la mano, es digna de sacar los colores incluso a las mofetas. Y no se lo perdono. Podría -aunque, tampoco quiero- perdonar muchas debilidades, como el borreguismo por endeudamiento laboral, el corporativismo y otras mamandurrias dañinas, pero el desprecio gratuito y ensañador, ni hablar. Usted, míster Arteche -lo mismo que su homólogo de Andalucía, Cotín- ha hecho del sillón que ocupa una letrina. Aquél por actuar sin compasión ante la enfermedad de Luís Pizarro, lo que le puso la muerte en bandeja; y usted por no querer actuar conforme a la ley, sabiendo que provocaba y añadía a una persona enferma -que tenía que estar de baja, fíjese bien en lo que digo, DE BAJA- un sufrimiento gratuito. He aquí, pues, una muestra de la soberbia, el desprecio y la ruindad con la que contestó mister José Luís Arteche, Delegado de AEMET en Cantabria, a una solicitud que le hizo mi madre para asistir a la operación de su madre de 84 años: enlace. Ya la había publicado, pero repito el enlace porque quiero que el señor Arteche no pueda levantar la cara por el peso de la vergüenza.

Señores feudales de AEMET, comparados conmigo son todos ustedes unos viejos y la vida da muchas vueltas; no les queda mucho para llegar a ese punto de vejez en el que se tiene siempre la sensación de que la calefacción no funciona. Yo no olvido y lo avisé.


Dedicado a Luís Pizarro



Helena


(Las imágenes proceden de Google Imágenes)

domingo, 28 de abril de 2013

Hola, soy AEMET, ¿cuánto puedo pasarme?

No me cabe duda de que esta seguridad que exhiben los directivos de AEMET con los demás -una seguridad nociva- encierra múltiples complejos personales; porque un hombre con la edad del Presidente a AEMET (mi hermana tiene casi la misma edad, sé de qué hablo), todavía debería estar impulsado por múltiples ilusiones. Y cada vez que leo una de sus cartas, me doy perfecta cuenta de que Daniel Cano Villaverde ha dado su tope. A nadie con un mínimo de inteligencia se le ocurriría actuar como él lo hace -tan descaradamente prepotente- sin dejar dañados su humanidad y prestigio: se ha perdido de vista a sí mismo señor Cano, en todos los sentidos. Y con respecto a sus palmeros, pues no hace falta discurrir mucho: si sigues al maestro equivocado...

En esta ocasión voy a publicar un documento del que ya he hablado varias veces: la deducción total de haberes que se hace a mi madre desde mayo de 2010. Cada mes llega un burofax como éste LINK, y la consecuencia es que no recibe ni un euro de su sueldo. De este escrito deduzco dos cosas:
 1- que no se sigue la forma que establece la Orden del Presidente de AEMET a la que alude;
 2- que al Delegado de Aemet en Cantabria -mister Arteche- no le parecen suficientes todas las justificaciones que ha ido presentando mi madre.
Respecto a lo primero, la orden del Presidente de Aemet (25, mayo de 2010) es muy puntillosa respecto a la forma como se debe hacer la reducción de haberes; los puntos que nos afectan son:

B1)- Se establece que cuando se produzcan incumplimientos de jornada, que a juicio del Delegado Territorial no estén justificados, el último día hábil del mes se lo comunicará al Servicio de Habilitación de Personal.
B2)- Establece que dicha información sea digitalizada y enviada por correo electrónico.
B3)- A la recepción de esta información se inicia el procedimiento de deducción.
Los puntos anteriores "se supone que se cumplen", ya que todos los meses se practica la deducción de haberes.


Ahora vienen los que no se cumplen:
5) Este punto dice que se comunicará al afectado el inicio del procedimiento, y se informará de la posibilidad de presentar alegaciones en un plazo no inferior a diez días y no superior a quince.
De este punto no se cumple nada; no la informan de que se ha iniciado el procedimiento; no le dan la posibilidad de presentar alegaciones o justificantes de su ausencia. Esto queda demostrado en el burofax que le envían todos los meses. ¿Como es posible que tenga entre diez y quince días para presentar alegaciones, y el día 4 (cuando todavía le quedan mas de 10 días para presentarlas) le comuniquen que se va a proceder a la deducción de sus haberes? Esto demuestra que les da igual lo que pueda presentar: la decisión es previa y no se molestan siquiera en mantener las formas. Sólo el primer mes -mayo de 2010- se hizo de acuerdo con la citada Orden.

6)Una vez expirado el plazo de presentación de alegaciones y tras el estudio de las mismas, se redactará propuesta de resolución que será comunicada al interesado.

De este punto sólo se cumple la comunicación de la resolución a la interesada (el famoso burofax). No se espera a que se agote el plazo, no se estudia ningún tipo de alegación y ni siquiera se le solicitan. Como ven, no se esfuerzan en disimular: por esta misma regla yo lo suelto en la Red, porque el libre acto que hacen merece conocerse.

7) En este punto se establece que si el resultado de dicho procedimiento implica una deducción de haberes, el Servicio de Habilitación de Personal procederá a la deducción de los haberes en la nómina del mes siguiente.
Este punto lo siguen al pie de la letra.
Como ven, esta es la forma tan irregular que tienen de practicar la deducción de haberes: se saltan a la torera sus propias normas y no dan ninguna posibilidad de defenderse a los afectados.

Ahora vamos con la actuación del Delegado de Aemet en Cantabria, mister Arteche. Mi madre todos los meses presenta -aunque nadie se lo pide- como justificantes de su no asistencia:
1- Un informe médico que incide en la imposibilidad de su incorporación.
2- Un informe del forense en la misma linea.
3- La Resolución del Expediente Disciplinario, que ya conocen, en la que el Ministro del que depende AEMET justifica totalmente su inasistencia.
Cada X-meses presenta, además, un parte de baja médica; no lo hace todos los meses por que sería absurdo estar pidiendo al médico constantemente una baja que nunca es aceptada. De ésto ya me ocupé en otro post. Pues bien, según el punto B1) está en manos del Delegado Territorial de Cantabria, José Luis Arteche, iniciar todos los meses el procedimiento en cuestión, si a su juicio (atención a ésto) no están justificadas las ausencias. Evidentemente, mister Arteche no las ve justificadas, pues para él esto no es suficiente justificación. Ahora le pregunto a usted, mister Arteche: ¿qué ve usted causa justificada? ¿Permancer en su sillón al precio que fuere? ¿Aunque ocurra algo tan fatal como lo de Huelva? Dudo muchísimo, mister, que sea usted tan estricto con los demás funcionarios de la Delegación. Dudo muchísimo que nadie presente tan abundante documentación para justificar sus ausencias. El señor Arteche es tan obediente que da grima; porque actúa sin aprensión, a las órdenes del Presidente de AEMET, Daniel Cano Villaverde, con un procedimiento que está iniciando él; y, como he dicho varias veces, llegado el momento, nunca podrá alegar desconocimiento: todos los santos meses le recuerdo todo esto, por escrito. El Ministro ve justificadas las ausencias de mi madre pero el señor Arteche no. El presidente de Aemet en este sentido está a cubierto: se limita a continuar (saltándose todas las normas como ya hemos visto) un procedimiento que ha iniciado mister Arteche.

Nada de esto tendría lugar si los directivos de  Aemet cumpliesen con la ley; si se expidiese la Licencia por enfermedad a la que mi madre tiene derecho (Ver el post). Sin embargo, no solo no se la conceden, sino que siguen saltándose la ley al deducirle sus ingresos. ¿Cuanto más se pueden pasar? Hola, soy AEMET: ¿cuánto más puedo pasarme con las personas?

Adivinanza: ¿De quién es esta frase?: Lo principal es descargar sobre el enemigo desde el principio. No es cuestión de frenarse por cuestiones morales, por valoraciones sobre el bien o el mal.
Presidente de AEMET: Daniel Cano Villaverde
Señores Cano Villaverde y Arteche: mi madre no es el enemigo; no es una delincuente; no es un despojo ni una indeseable. Mi madre es una persona desvalida e indefensa, una víctima total de sus manejos -y no la única- a la que, con cada uno de sus despropósitos, condenan a un calvario de contenciosos, sabiendo ustedes que no tiene ánimo ni posibilidades económicas para afrontar, porque ustedes dos ya se ocupan de que esto sea así. Ustedes quieren que empeore su enfermedad y su situación... hasta que ocurra ¿qué? ¿Qué quieren ustedes que ocurra, señores Cano y Arteche?: sé que ambos lo han pensado porque, en Huelva, ya les ha explotado en la cara la vida de un hombre muy enfermo y muy indefenso.
En próximos post podrán comprobar que tienen un amplio margen para seguir pasándose. Yo lo llamo trato vejatorio; es mi madre. Señores Cano y Arteche: nunca les perdonaré.

Helena.

Imagen: Web AEMET.

domingo, 7 de abril de 2013

AEMET: presuntamente, de juzgado de guardia

Hoy voy a colgar un documento, al que doy prioridad porque quiero avisar a esas personas "distintas", a quienes, como a mi madre, AEMET "presuntamente" está torturando. El documento en cuestión es de MUFACE. Yo imaginaba desde hace tiempo lo que manifiesta el documento, pero las informaciones por teléfono eran contradictorias. La sospecha la tuvo mi madre hace dos años, cuando uno de los médicos que le corresponden, en su consulta le dijo, "por ti no me pagan nada". Pueden imaginar el agobio que pasó, con lo que ya tiene encima. Ese comentario la llevó a creer que AEMET podía no estar pagando sus cuotas de MUFACE. Lo cierto es que, medio engañada, una vez conseguimos llevarla a un reconocimiento hace tiempo al hospital, día que, por cierto, pese a estar acreditado por el centro hospitalario, la Delegada en Cantabria, Rosa Pons Reynés, no admitió como ausencia justificada. Pero, qué maja.


Rosa Pons Reynés
AEMET es la responsable: si cumpliese la ley, mi madre estaría de baja desde hace más de dos años. La baja se la dan y el Presidente, Daniel Cano Villaverde, la tumba. Sus ausencias están justificadas plenamente y el Delegado de Cantabria, el Gran Arteche, se las pasa por el forro. Así de claro. Hace más de dos años que no revisa su hipertensión ni se recalculan los fármacos que ha de tomar por esta dolencia; y tiene otras que tampoco se vigilan con regularidad. El Delegado de Cantabria tiene conocimiento de esto, porque se lo apunté por escrito hace meses: ahora tiene usted aquí el documento que lo confirma. Señor Arteche, duerma tranquilo y que le aproveche.


José Luis Arteche
MUFACE me ha confirmado por fin que AEMET NO ESTÁ PAGANDO LAS CUOTAS: la sospecha de mi madre era cierta. Link al documento
En las comunicaciones telefónicas, los de MUFACE (se rasgaban las vestiduras al conocer el asunto, con "eso no es posible", "no existe esa situación" o "en el ordenador aparecen los pagos al día"... ya saben) daban una información confusa; ahora lo han confirmado: AEMET no paga.
Me parece prioritario que esto se conozca; sobre todo, como he dicho, que lo sepan los que están en esta situación: no se están pagando las cuotas de MUFACE. Es un dinero que se embolsa AEMET, como todos los demás dineros de enfermos que retiene la Agencia. Es tan lamentable que me resulta indescriptible: manifiesta el alma de los que actúan en este asunto.


Daniel Cano VIllaverde
Señor Daniel Cano Villaverde: hace unos días, en una entrevista bajo paraguas, decía usted, bla, bla, bla..., de cómo afectan los recortes a AEMET; debería usted puntualizar un poquito más, y explicar a todos que AEMET consigue dinero por otro lado: se lo devengan a sus enfermos. ¿A que suena a bajeza monumental? Pues lo está haciendo el Presidente de AEMET, David Cano Villaverde, con el apoyo incondicional del Delegado de Cantabria, el Gran José Luis Arteche. Si sus familias y amigos íntimos se enterasen de esto ¿qué creen que pensarían de ustedes? Esta pregunta va dirigida también al Delegado de Andalucía, el señor Luis Fernando López Cotín, en referencia a la tragedia irreparable ocurrida este verano, en Huelva. Me pregunto si el señor Luis Fernando López Cotín también dormirá plácidamente por las noches.
Lo que están haciendo, no es sólo negar derechos fundamentales a personas indefensas; les están quitando la vida poco a poco, de forma calculada, indiferente y sin medir las consecuencias.


Luis Fernando López Cotín
Estos sueldos son un dinero "embargado" con el que se debería estar pagando sus seguros médicos (la Constitución garantiza el derecho a la salud), sus clases pasivas, etc., y la supervivencia digna de estas personas. El motivo por el que lo hacen es harto dudoso, habida cuenta de que mi madre es inocente del cargo que se le imputó cuando se le abrió el expediente disciplinario, están plenamente justificadas sus ausencias; además, de acuerdo con la la Orden PRE/1744/2010 Art. 12 d), mi madre debería estar de baja desde hace mucho (se la conceden, pero AEMET la arroja a la basura). ¿Saben que hacen los de AEMET cuando se les recuerda la aplicación de esta Orden? No contestan. Únicamente hacen mutis cuando saben que no les apoya una ley que está clara, tanto como ésta. Hay ocasiones en que las tergiversaciones rayan la estupidez. Valoren ustedes la intención y pongan sus barbas a remojar, por si acaso.

Para que tengan una muestra más de las intenciones de AEMET, hace varias semanas mandamos un correo electrónico dirigido a David Alonso González, creo que es de Habilitación de AEMET, preguntando si se estaban abonando las cuotas por Clases Pasivas y por MUFACE de mi madre. ¿Creen que contestó? Pues no, no lo ha hecho. Imaginé que el mutismo o la apatía de este señor sólo podía deberse a dos causas: una, porque quien solicitaba el dato no era la interesada; y otra, porque no se estaba pagando. Lo más lógico era pensar que el mutismo del señor David Alonso González se debía al segundo motivo, dado que no reconocería por escrito en un correo electrónico algo de tal bajeza. Visto lo de MUFACE, la respuesta con respecto a Clases Pasivas es asimilable; no obstante, señor Alonso, se le hará la pregunta por escrito, no se preocupe usted. Por ello nos pusimos en contacto con Hacienda (alucinaron y todo eso, ya saben), esta vez por escrito: lo hemos explicado y documentado todo.
A los que estáis en la misma situación que mi madre: en este último punto os tranquilizaré, pues la respuesta ha sido favorable: si estáis en servicio activo -mi madre lo está- no hay ningún problema; vuestras pagas de jubilación no dependen de que AEMET pague o no las cuotas de Clases Pasivas. En el momento de la jubilación, únicamente se considera el tiempo pasado en situación de servicio activo; de modo que no os dejéis engañar si alguien os intenta meter miedo con esto. Si alguno de los que estáis en esta situación -o a quien le interese- quiere ver el documento de Clases Pasivas, tendré mucho gusto en enviárselo por correo electrónico.

Por cierto, ¿alguna vez han dado la vuelta a las siglas de AEMET? TEMEA. En fin: AEMET, TEMEA...

Helena

domingo, 24 de marzo de 2013

AEMET: Historia de una cobardía.


No permitiré que este asunto se agote en el tiempo. Ni dejaré que a nadie de los que han sufrido y están sufriendo por las actuaciones de AEMET les consuma el olvido. Por eso regreso a mi cita semanal, otra vez en disposición de traer más testimonios sobre las actuaciones de Aemet, en una situación que afecta gravemente a seres humanos; según tengo entendido, son unos seis o siete funcionarios los que están siendo maltratados por encontrarse en situación parecida o igual a la de mi madre.

Ya hemos visto hasta dónde es capaz de llegar AEMET: un hombre ha muerto mientras estaba siendo presionado salvajemente por la Agencia; ello no les ha hecho frenar sus actuaciones lo más mínimo; es más, parece que su prepotencia y soberbia les lleva a ser más osados, para actuar al margen de los derechos humanos y de todas aquellas consideraciones que obligatoriamente han de tenerse hacia todo ser humano. Aún hay más: no aprenden y los que ascienden se suman y parecen regodearse, como es el caso del Delegado de AEMET en Cantabria, José Luís Arteche. Hoy voy a publicar una carta suya que se ha recibido en esta casa: una perla solidaria, que rezuma humanidad y comprensión. (Link a la Carta de Arteche).

Jose Luis Arteche, Delegado Territorial de AEMET en Cantabria

Esta gente de AEMET actúa ajena a los valores morales. Una enfermedad -como la de Luis Pizarro y la de mi madre, no conozco los otros casos- escapa por completo a los intereses de ambas partes, tanto de los afectados como los de AEMET, por mucho que se empeñen estos últimos en negarlo. Y la presión brutal que ejerce la Agencia sobre ellos ha crecido hasta el punto que estamos viendo, incluido el fatal desenlace de Huelva: hacen uso de la coerción -me quedo muy corta con el término-, y del desorden argumental para embrollar; incluso llegan a simular que no entienden escritos, para desviar la atención y para justificar una nueva negativa. AEMET lleva a cabo una guerra de desgaste, que no es legítima porque no hay enemigo al que batir: actúan contra seres humanos caídos, con la pretensión de eliminarlos de una forma muy sucia. Una acto de cobardía en toda regla, dado el desequilibrio de fuerzas.

Para el lector que no lo sepa, AEMET pertenece al Ministerio español de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
He consultado con otras instituciones, Delegación del Gobierno, Hacienda, Muface, quienes al tener conocimiento de la situación de mi madre se han echado las manos a la cabeza, diciendo -cito textualmente-, “eso no es posible”, “eso no existe”, “hay un limbo legislativo”, ·vacío legal”, etc.: o como dijeron en la Delegación, “nosotros nunca hacemos esto”.

De aquí se pueden observar un par de cosas, que se me ocurren:
Una: en la Administración, a veces se sustituye la ley (o su ausencia) por un acuerdo que, en casos como éste, trataría de no causar un mal mayor. Las leyes no son perfectas y no siempre son justas; es comprensible actuar del modo menos dañino, por razones humanitarias o sin solución inmediata. Es decir, se aporta una solución. Esto lo comprende cualquiera.

Dos: los directivos de AEMET actúan de forma diferente a los demás organismos, incluso desatendiendo la ley, por medio de una actuación consciente, meditada y prolongada en el tiempo. No ofrecen solución, excepto una imposible de realizar. En definitiva: originan un problema diseñado para eludir la solución. Esto, sólo lo entienden ellos.

En la carta que firma José Luis Arteche se ve muy claramente: alude a un documento fechado en 2010, el cual ha quedado superado y anulado por varios documentos de fecha posterior, en concreto, el último, la resolución del Expediente Disciplinario. Esta breve carta de Arteche no se le ha ocurrido a él solito, viene dictada desde arriba y, él, como tiene mucho apego a su sillón, obedece ciegamente. Al margen de su grosera y estrambótica contestación, fijémonos en lo que dice entre paréntesis: “tendría que haberse incorporado ya”... ¿Ven? ¡Exige un imposible! Y tanto Arteche como la cúpula de AEMET lo saben. ¿Ven la fecha de la carta? Es posterior a la de la Resolución del Expediente Disciplinario, que el Delegado conoce porque le hago llegar una copia todos los meses y con los razonamientos correspondientes. José Luís Arteche actúa conscientemente, sabe lo que hace.

Como demostré en otro post, la afirmación de que mi madre no se ha incorporado a su puesto de trabajo es falsa, siendo testigo de ello el señor Jorge Arconada, que la recibió en el aeropuerto, y un parte de Urgencias que lo acredita.
Ahora, supongamos que ella se presenta en su puesto de trabajo; ¿qué puede pasar? ¿Que habrá que llamar de nuevo a una ambulancia y vuelta a Urgencias? (ha pasado ya dos veces). ¿Y al día siguiente, lo mismo, vuelta al puesto de trabajo y otra vez en ambulancia? ¿Y así todos los días? ¿O quizá en una de ésas, o desde la primera vez, se podría quedar en el sitio? Si sucediese esto último, ¿cómo se quedaría usted señor Arteche? ¿Podría vivir con ello después, o prefiere que no se incorpore, por si acaso...? ¿Su exigencia es un trámite más de esta política de acoso? Y, además, ¿para qué? ¿Con qué fin habría de hacerlo mi madre? Con la Resolución, AEMET ha quedado sin respaldo, desacredita sus argumentos por completo. Saben que lo que piden es un imposible y utilizan la exigencia como base para justificar sus asquerosos escritos; quieren dilatar lo más posible este asunto con el propósito de destruir la voluntad de las víctimas. Señor Presidente de AEMET: este asunto se les ha desbordado; por eso dicen ahora tantas tonterías; cuidado, tonterías muy dañinas y muy peligrosas, que ya le están rebotando.

No insistan más. Dejen ya de maltratarla. Toda la familia de mi madre en pleno nos oponemos rotundamente a que acuda a su puesto de trabajo porque la queremos; y, además, está amparada legalmente. Ofrecer un imposible no tiene sentido: lo que exige usted, señor Arteche, no conduce a nada bueno ni para ella ni para usted.
Aunque, como he visto, para AEMET, un desenlace fatal como el de Luís significa... migajas de pan en el mar. Para ustedes es más fácil hacer uso de la fuerza que pensar. ¿Para esto se les paga un sueldazo?

Daniel Cano Villaverde, Presidente de AEMET

En definitiva: presenciamos una historia orquestada por la cobardía de unos cuantos, en una especie de refriega desigual donde las armas y el escudo definen la posición de superioridad y control: saborear el poder, su máxima aspiración. Y no quiere decir que puedan o deban actuar como lo hacen, ni siquiera que tengan razón, sino que cada uno de ellos actúa por imperativos que escapan al bien; y forman un núcleo donde reina un desconocimiento abrumador; casi aterrador, porque estamos en sus manos.

Señores Daniel Cano Villaverde, José Luis Arteche y compañía: su falta de Compasión les señala, les define y les acusa directamente de lo que son.


Helena

(Las fotografías proceden Google Imágenes y están completamente accesibles).

domingo, 17 de marzo de 2013

Llegaré hasta el final



De nuevo aquí, dispuesta para expresar la repulsa -y denunciar- por el trato que recibe mi madre por parte de personalidades pertenecientes a la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET, perteneciente Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente). Estas personas son su Presidente, actualmente Daniel Cano Villaverde, y el actual Delegado Territorial en Cantabria, José Luis Arteche. También haré referencia a todo aquél que firmó en el pasado, firma actualmente y firmará en el futuro las cartas dirigidas a ella por orden del citado Presidente de AEMET, las cuales son, en su gran mayoría, demoledoras, ausentes por completo de eso tan preciado y  necesario que llamamos humanitarismo.
Presidente de AEMET: Daniel Cano Villaverde
Reitero mi sentimiento de injusticia absoluta, la cual iré expresando documental y razonadamente a lo largo y ancho de estos blogs.

María Teresa Siles
En esta ocasión voy a publicar la resolución del Expediente Disciplinario que le fue incoado por el antiguo ángel guardián de AEMET -imagino que ya ausente por el cambio de Gobierno-, María Teresa Siles, quien, en un escrito, hace casi tres años, se permitió la libertad de expresar en términos casi pontificios -agárrense- “que todo lo que se estaba haciendo contra mi madre era lo mejor y por su bien”. Todo un un insulto a la inteligencia, y al ser humano: “te hago daño, sin que tú lo elijas, por tu bien”. ¿Les suena? (Link a la Resolución)

¿Cómo ha tenido mi madre la desfachatez de ponerse enferma? ¿Cómo ha podido cometer semejante crimen? Es lo que me pregunto un día tras otro. Oiga - parecen responder-, es que con la enfermedad, la cronicidad y la gravedad no se juega, y caerá sobre usted todo el peso de la ley. ¿Qué ley? me pregunto... y la respuesta que me doy es: la que libremente interpretan todos aquellos personajes con poder, pertenecientes a organismos administrativos y políticos, que persiguen una finalidad muy concreta, es decir, particular, porque que no está orientada ni motivada por el bien del ser humano.

Delegado Territorial de Aemet en Cantabria: José L. Arteche

Comenté en otro post que esta resolución recayó en favor de la funcionaria, algo con lo que seguramente AEMET no contaba, como también dije; y por ello imagino que se estarán pensando mucho el abrir procedimientos idénticos contra otros funcionarios en idéntica situación a la de ella. ¿Y a ella? ¿Se le puede abrir otro expediente por el mismo motivo? De acuerdo con los escritos que siguen enviando a esta casa, la amenaza del expediente disciplinario la siguen haciendo; Y de volver a abrírselo, no alcanzo a entender el motivo que alegaría AEMET, porque según las consultas que hemos realizado, esa resolución la absuelve de la acusación desde el pasado y en el futuro, por la misma causa. Pese a la resolución, que como ven es muy clara y precisa, no obstante, el Presidente de AEMET, Daniel Cano Villaverde, ordena y José Luis Arteche obedece: todos los meses se le continúa quitando el sueldo completo a mi madre, alegando la Agencia que no tiene justificación para no acudir a su puesto de trabajo.
Es más, en otro post demostraré que tal práctica está relacionada con una política concreta de los Presidentes de la Agencia, con la colaboración de los Delegados de Cantabria, en la que sistemáticamente se niegan a admitir cualquier justificación que se les presente, independientes éstas de su enfermedad, como son moscosos para la boda de una hija, exploración hospitalaria, permiso por muerte/enfermedad de un familiar, etc. ¿Justo? Juzguen ustedes.

Me gusta compartir conocimientos, reflexiones y escritos que puedan arrojar luz de soluciones a otros, para que estas cosas dejen de producirse, para que otras personas puedan servirse libremente de mis aportaciones si lo creen conveniente; para contribuir, en definitiva, a la evolución y el progreso de una sociedad justa. Una sociedad justa.

Mis padres me regalaron tres ideas para caminar por el mundo: que la libertad es una conquista diaria de mi pensamiento, y después vienen todas las demás; que la honestidad es la principal fuente de problemas del ser humano, es la gran mártir de nuestro tiempo y que hay que luchar por ella; y, por último, encontrar a la buena persona que llevo dentro, sin imponer jamás a otros -ni soportar- condición alguna para ejercerla. Es difícil esto ¿eh?, dado que estamos encerrados en el marco de una cultura borracha de convenciones, propagandas, intenciones, moral, costumbres... ideas, en definitiva, con pocas oportunidades para evolucionar a la velocidad que exige el pensamiento libre.

Como soy estudiante de Historia sé lo que significan las leyes; son límites a nuestras libertades. Constituyen, únicamente, la garantía de que podamos ejercer un puñado de libertades encerradas en el marco social en el que nos toca vivir. Y cuando se intentan cumplir, se convierten en sucedáneo de garantías, porque están recluidas en las entendederas del individuo que las aplica, quien a su vez puede estar sujeto a las exigencias de sus objetivos laborales particulares o de sus superiores jerárquicos, y a su vez inmerso en las consignas del marco general de la sociedad. Al final, de aquellas teóricas garantías, al ciudadano llega muy poco. Lo estamos viendo a diario, en casi todo el mundo.

Ante una causa de fuerza mayor como es ésta, estoy comprobando que lo que impone la ley parece importar muy poco: son los intereses y los criterios de unos cuantos los que deciden sobre la vida de mi madre.

El expediente disciplinario es lo más parecido a un juicio, y en vez de dictar sentencia, resuelve, emite un fallo bien en favor del que lo promueve o bien del “acusado”. Es vinculante para ambos, no sólo para una de las partes; en este caso ha desaparecido el motivo que se imputa -no acudir al puesto de trabajo sin justificación- junto a todos los argumentos en los que se basó el acusador.
En otro post publicaré la carta que envió AEMET, con el argumento que ofrece para justificar el sobreseimiento del expediente disciplinario y así persistir en su política de actuación... y sin haberla variado un ápice: es tan intencionado como absurdo.

Desde que mi madre se derrumbó hace más de diez años, se hace una pregunta recurrente: ¿dónde está el premio de esta vida? ¿Dónde está el premio de lo que he hecho hasta ahora? Hoy estoy en disposición de entender su pregunta y de responderla: su premio soy yo; su premio es mi lucha por ella, por defenderla e intentar protegerla. Iré hasta el final.


Helena

(Imágenes WEB: Procedencia en pie de foto; la de Siles es de la web de AEMET: El Observador)