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lunes, 16 de diciembre de 2013

ABADÍAeMET: historia de un intento de linchamiento o el batacazo de la prepontencia.


Ante todo, disculpen la demora. No ha pasado un sólo día en que no me acordase de esta especie de volcán-blog. Llevo meses esperando una sentencia sobre un Contencioso que se interpuso a finales del verano de 2012, para poder continuar mis reflexiones con datos en la mano. Confío en que también perdonarán mi causticidad.
Les adelanto: AEMET se ha estrellado contra el Juzgado. Hemos ganado el contencioso.

Les voy a contar, pero no sin antes definir a la Agencia como una Abadía, donde el ABADeSO, cual señor feudal, parece cortar todo el bacalao, incluida la voluntad del recién estrenado President, sí, sí, aquel que entró presumiendo de sincero... que me entero de casi todo. Por supuesto, en la próxima entrada les contaré y demostraré por qué digo ésto, ya que está relacionado con dos perlas filipinas que me envió este súper señor (Miguel Ángel López) no hace mucho; en definitiva, nada nuevo bajo el sol, así que no se hagan muchas ilusiones con él. Y digo “me”, en cursiva porque, como sé que nadie de la Abadía-Aemet ni de los periféricos va a pedir disculpas a mi madre, esta cruzada es ya solo mía, y no lucho precisamente desde el tradicional lado cristiano sino desde el de Internet.

Hace unos días nos llegó la Sentencia del Juzgado en la que se desgrana y desmonta, uno por uno, todos los argumentos del abogado del Estado que defiende las actuaciones de AEMET. ¿Se acuerdan de que me pasaba los posts diciendo que no se cumplía la Ley? Bien, pues el Juez me ha dado la razón. Y es una ley muy sencillita ¿eh? Pero el cerebrín de turno de AEMET -el ABADeSO- prefería improvisar, inventando, decidiendo tomar las curvas por el atajo y atropellando a sus enfermos, hasta que se ha estrellado. Como dice Sheldon Cooper, zás en toda la boca. La sentencia se refiere a una baja que presentó mi madre el día 16 de agosto de 2012: ella había presentado bajas en múltiples ocasiones, y la Abadía-Aemet se las ha pasado por el forro, acusándola de intento de fraude, basando siempre su denegación de licencia en varios puntos:

1º) Que no se ha reincorporado al servicio tras la finalización, por agotamiento, de su incapacidad temporal el 21-03-2010, y que el nuevo parte supondría reabrir un proceso ya cerrado, lo cual resultaría incardinable en el art. 93.1.a.

2º) Que en proceso contencioso administrativo de fecha 25/06/2012 se resolvió que no procedía su jubilación por no estar acreditada la irreversibilidad de su patología, y que por lo tanto tendría que incorporarse inmediatamente a su puesto de trabajo. La no incorporación podría dar lugar a nuevas actuaciones disciplinarias.

3º) Que en fecha 16/02/2011 se incoó expediente disciplinario por ausencia injustificada.

Y la Sentencia -voy a resumir, son diez folios- dice:

- Que no es aplicable el art. 93.1.a por no haber intento fraudulento de conseguir una baja.

- Que una resolución denegatoria de jubilación no tiene más efecto que el que no te jubilan, no tiene nada que ver con estar de baja, ni con incorporarte a tu puesto de trabajo.

- Con respecto al expediente disciplinario, no menciona nada al tener constancia el tribunal de que dicho expediente fue sobreseído por el Ministro, disculpando sus ausencias, un par de meses después del inicio de este Contencioso.

- Lo único que, según la Sentencia, es aplicable en este caso es el art. 20.2 del R.D. 2/2002 en el que se contempla que para poder disfrutar de una licencia por la misma enfermedad, tienen que haber pasado 180 días desde la última licencia disfrutada, y se considera un nuevo proceso.

- Y la Sentencia reconoce “el derecho de la declarante a la licencia por enfermedad solicitada, con todos los efectos legales desde el 16 de agosto de 2012”.

La sentencia tiene fecha de 19 de noviembre de 2013. De momento AEMET no ha dado señales de vida y no me extrañaría nada que intentasen “escaquearse” de cumplir con su obligación, as iúsual. Si alguno está en el mismo caso que no dude en ponerse en contacto conmigo y le facilitaré una copia de la Sentencia, para que la utilice como crea conveniente. 
 

Y, el señor Arteche..., bueno, bueno, bueno... todo un yentelman periférico... A propósito míster, imagino que no le habrán informado de la sentencia del Contencioso, desde los Madriles, igual que no le informaron del sobreseimiento del Expediente Disciplinario... Bueno, pues yo también seguiré esa línea y le pongo a la cola, en los dominios de la mosca verde. No se apure ni tenga prisa, que voy a recordar cuál ha sido su actuación, cuando su mano, en controlada traición y haciendo un estúltico alarde de absoluto desprecio hacia mi madre, no le tembló y firmó cierta cosa que, ahora, ya, con esta sentencia en la mano, es digna de sacar los colores incluso a las mofetas. Y no se lo perdono. Podría -aunque, tampoco quiero- perdonar muchas debilidades, como el borreguismo por endeudamiento laboral, el corporativismo y otras mamandurrias dañinas, pero el desprecio gratuito y ensañador, ni hablar. Usted, míster Arteche -lo mismo que su homólogo de Andalucía, Cotín- ha hecho del sillón que ocupa una letrina. Aquél por actuar sin compasión ante la enfermedad de Luís Pizarro, lo que le puso la muerte en bandeja; y usted por no querer actuar conforme a la ley, sabiendo que provocaba y añadía a una persona enferma -que tenía que estar de baja, fíjese bien en lo que digo, DE BAJA- un sufrimiento gratuito. He aquí, pues, una muestra de la soberbia, el desprecio y la ruindad con la que contestó mister José Luís Arteche, Delegado de AEMET en Cantabria, a una solicitud que le hizo mi madre para asistir a la operación de su madre de 84 años: enlace. Ya la había publicado, pero repito el enlace porque quiero que el señor Arteche no pueda levantar la cara por el peso de la vergüenza.

Señores feudales de AEMET, comparados conmigo son todos ustedes unos viejos y la vida da muchas vueltas; no les queda mucho para llegar a ese punto de vejez en el que se tiene siempre la sensación de que la calefacción no funciona. Yo no olvido y lo avisé.


Dedicado a Luís Pizarro



Helena


(Las imágenes proceden de Google Imágenes)

domingo, 24 de marzo de 2013

AEMET: Historia de una cobardía.


No permitiré que este asunto se agote en el tiempo. Ni dejaré que a nadie de los que han sufrido y están sufriendo por las actuaciones de AEMET les consuma el olvido. Por eso regreso a mi cita semanal, otra vez en disposición de traer más testimonios sobre las actuaciones de Aemet, en una situación que afecta gravemente a seres humanos; según tengo entendido, son unos seis o siete funcionarios los que están siendo maltratados por encontrarse en situación parecida o igual a la de mi madre.

Ya hemos visto hasta dónde es capaz de llegar AEMET: un hombre ha muerto mientras estaba siendo presionado salvajemente por la Agencia; ello no les ha hecho frenar sus actuaciones lo más mínimo; es más, parece que su prepotencia y soberbia les lleva a ser más osados, para actuar al margen de los derechos humanos y de todas aquellas consideraciones que obligatoriamente han de tenerse hacia todo ser humano. Aún hay más: no aprenden y los que ascienden se suman y parecen regodearse, como es el caso del Delegado de AEMET en Cantabria, José Luís Arteche. Hoy voy a publicar una carta suya que se ha recibido en esta casa: una perla solidaria, que rezuma humanidad y comprensión. (Link a la Carta de Arteche).

Jose Luis Arteche, Delegado Territorial de AEMET en Cantabria

Esta gente de AEMET actúa ajena a los valores morales. Una enfermedad -como la de Luis Pizarro y la de mi madre, no conozco los otros casos- escapa por completo a los intereses de ambas partes, tanto de los afectados como los de AEMET, por mucho que se empeñen estos últimos en negarlo. Y la presión brutal que ejerce la Agencia sobre ellos ha crecido hasta el punto que estamos viendo, incluido el fatal desenlace de Huelva: hacen uso de la coerción -me quedo muy corta con el término-, y del desorden argumental para embrollar; incluso llegan a simular que no entienden escritos, para desviar la atención y para justificar una nueva negativa. AEMET lleva a cabo una guerra de desgaste, que no es legítima porque no hay enemigo al que batir: actúan contra seres humanos caídos, con la pretensión de eliminarlos de una forma muy sucia. Una acto de cobardía en toda regla, dado el desequilibrio de fuerzas.

Para el lector que no lo sepa, AEMET pertenece al Ministerio español de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
He consultado con otras instituciones, Delegación del Gobierno, Hacienda, Muface, quienes al tener conocimiento de la situación de mi madre se han echado las manos a la cabeza, diciendo -cito textualmente-, “eso no es posible”, “eso no existe”, “hay un limbo legislativo”, ·vacío legal”, etc.: o como dijeron en la Delegación, “nosotros nunca hacemos esto”.

De aquí se pueden observar un par de cosas, que se me ocurren:
Una: en la Administración, a veces se sustituye la ley (o su ausencia) por un acuerdo que, en casos como éste, trataría de no causar un mal mayor. Las leyes no son perfectas y no siempre son justas; es comprensible actuar del modo menos dañino, por razones humanitarias o sin solución inmediata. Es decir, se aporta una solución. Esto lo comprende cualquiera.

Dos: los directivos de AEMET actúan de forma diferente a los demás organismos, incluso desatendiendo la ley, por medio de una actuación consciente, meditada y prolongada en el tiempo. No ofrecen solución, excepto una imposible de realizar. En definitiva: originan un problema diseñado para eludir la solución. Esto, sólo lo entienden ellos.

En la carta que firma José Luis Arteche se ve muy claramente: alude a un documento fechado en 2010, el cual ha quedado superado y anulado por varios documentos de fecha posterior, en concreto, el último, la resolución del Expediente Disciplinario. Esta breve carta de Arteche no se le ha ocurrido a él solito, viene dictada desde arriba y, él, como tiene mucho apego a su sillón, obedece ciegamente. Al margen de su grosera y estrambótica contestación, fijémonos en lo que dice entre paréntesis: “tendría que haberse incorporado ya”... ¿Ven? ¡Exige un imposible! Y tanto Arteche como la cúpula de AEMET lo saben. ¿Ven la fecha de la carta? Es posterior a la de la Resolución del Expediente Disciplinario, que el Delegado conoce porque le hago llegar una copia todos los meses y con los razonamientos correspondientes. José Luís Arteche actúa conscientemente, sabe lo que hace.

Como demostré en otro post, la afirmación de que mi madre no se ha incorporado a su puesto de trabajo es falsa, siendo testigo de ello el señor Jorge Arconada, que la recibió en el aeropuerto, y un parte de Urgencias que lo acredita.
Ahora, supongamos que ella se presenta en su puesto de trabajo; ¿qué puede pasar? ¿Que habrá que llamar de nuevo a una ambulancia y vuelta a Urgencias? (ha pasado ya dos veces). ¿Y al día siguiente, lo mismo, vuelta al puesto de trabajo y otra vez en ambulancia? ¿Y así todos los días? ¿O quizá en una de ésas, o desde la primera vez, se podría quedar en el sitio? Si sucediese esto último, ¿cómo se quedaría usted señor Arteche? ¿Podría vivir con ello después, o prefiere que no se incorpore, por si acaso...? ¿Su exigencia es un trámite más de esta política de acoso? Y, además, ¿para qué? ¿Con qué fin habría de hacerlo mi madre? Con la Resolución, AEMET ha quedado sin respaldo, desacredita sus argumentos por completo. Saben que lo que piden es un imposible y utilizan la exigencia como base para justificar sus asquerosos escritos; quieren dilatar lo más posible este asunto con el propósito de destruir la voluntad de las víctimas. Señor Presidente de AEMET: este asunto se les ha desbordado; por eso dicen ahora tantas tonterías; cuidado, tonterías muy dañinas y muy peligrosas, que ya le están rebotando.

No insistan más. Dejen ya de maltratarla. Toda la familia de mi madre en pleno nos oponemos rotundamente a que acuda a su puesto de trabajo porque la queremos; y, además, está amparada legalmente. Ofrecer un imposible no tiene sentido: lo que exige usted, señor Arteche, no conduce a nada bueno ni para ella ni para usted.
Aunque, como he visto, para AEMET, un desenlace fatal como el de Luís significa... migajas de pan en el mar. Para ustedes es más fácil hacer uso de la fuerza que pensar. ¿Para esto se les paga un sueldazo?

Daniel Cano Villaverde, Presidente de AEMET

En definitiva: presenciamos una historia orquestada por la cobardía de unos cuantos, en una especie de refriega desigual donde las armas y el escudo definen la posición de superioridad y control: saborear el poder, su máxima aspiración. Y no quiere decir que puedan o deban actuar como lo hacen, ni siquiera que tengan razón, sino que cada uno de ellos actúa por imperativos que escapan al bien; y forman un núcleo donde reina un desconocimiento abrumador; casi aterrador, porque estamos en sus manos.

Señores Daniel Cano Villaverde, José Luis Arteche y compañía: su falta de Compasión les señala, les define y les acusa directamente de lo que son.


Helena

(Las fotografías proceden Google Imágenes y están completamente accesibles).