lunes, 15 de abril de 2013

AEMET: o cómo no "Dar de sí"

Cuando cumplí los trece años, mis padres empezaron a llevarme a los Cursos de Cosmología en los que ellos se matriculaban todos los veranos. Tras muchos cursos, en las ponencias había una expresión recurrente del Profesor González de Posada, "dar de sí", aplicado a la dinámica del Universo (potencialidad de la materia). Este concepto se me quedó grabado; porque, aunque parece muy simple, yo lo encontraba en todas partes: en un árbol, en mi gato o en mi forma de aprender. Como no tengo muchos años a la espalda, casi la mitad de ellos se me escapan de la expresión; pero desde que la oí por primera vez, he tendido a aplicarlo a casi todo; nunca la he olvidado. Y, ahora, por ejemplo, en el asunto que me ocupa, que está en manos de AEMET.
Estudiando Historia estoy apreciando claramente el "dar de sí" de la naturaleza y de los seres humanos, aunque en el entorno humano se pretenda retorcer con frecuencia esta dinámica evolutiva, o peor, detenerla. Pero, parece que nos vamos salvando; porque, a lo largo de la historia, siempre aparece algún pionero valiente que se atreve a desafiar la inercia de los tiempos: Giordano Bruno está entre mis favoritos.

José Luis Arteche (izda.) y Daniel Cano (dcha.)
 Aemet está formada por personas, y ya conocemos su "dinámica" respecto a ciertas cuestiones. Me pregunto qué pasaría si uno de ellos -por ejemplo, José Luís Arteche-, ante la duda, o simplemente porque prefiriese observar la moral o lo que dice la ley, dijese NO a esa "política" que tanto me preocupa. ¿Qué haría el Presidente, Daniel Cano Villaverde, si no lograse convencerle? Imagino que quizá destituirle y subir a otro al trono de la Delegación de Cantabria. Pero, ¿y si el siguiente hiciese lo mismo? ¿Y el siguiente, también? ¿Y si todos los Delegados de España hiciesen lo mismo? Sería un especie de "desobediencia administrativa". Pues bien, mientras haya personas como el Gran Arteche, tanto en AEMET, como en otros organismos o en los gobiernos, se podrían estar vulnerando derechos humanos, con lo que las sociedades no "darían de sí" adecuadamente, afectando a su evolución y contribuyendo a su estancamiento.

El mundo actual está repleto de ejemplos de ello; el daño que hacen es tremendo, muchas veces irreparable. Como pueden suponer, a veces me desmoralizo, me invade la pereza y saldría huyendo. ¿Han visto la película Mediterráneo? Pues eso mismo. Pero que no se hagan ilusiones los señores a los que aludo habitualmente en mis entradas: antes de huir, terminaré lo que he empezado; porque los seres humanos damos de sí continuamente; y si pensamos correctamente, lo hacemos mejor. En este asunto, me siento legitimada por el aprecio a la dignidad humana: es lo correcto.

Forges, Google imágenes
Lo que he aprendido hasta ahora es que la ambición -el ansia de poder- ciega a las personas, que dejan de pensar y se vuelven tontas. Esta clase de tontos intenta justificarse de formas burdas y poco brillantes, quedando sus intenciones y actos en evidencia; en otros muchos casos ni siquiera se molestan en disimilar. La consecuencia siempre es la misma: perjudican, hacen mucho daño. No es una "especie" nueva, ha existido siempre y por eso es importante identificarlos para protegerse de ellos. Porque, como desgraciadamente se observa en todos los ámbitos, tienen excelentes palmeros; y, porque estamos en sus manos, es muy importante unir voces y desenmascararlos. En todos los ámbitos, repito.


"Dos cosas llenan el corazón de una admiración siempre nueva y siempre creciente a medida que la reflexión se aplica a ellas: el cielo estrellado por encima de mí y la ley moral dentro de mí". Kant


Fotografía: Disponible en Google imágenes.

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