Quizá
me queda aún un rastro de ingenuidad (eso que todo el mundo dice, “te
la da la vida para arrancarlo de golpe”) y por eso estoy aquí. No sé si
ésta es una batalla perdida; todo el mundo me dice que sí. Y de lo único
que estoy segura es de que no quiero perder a mi madre. No, no crean
que me canso o me desespero; creo que ni siquiera me sorprendo
demasiado; pero vivo en una época en la que me resulta muy difícil ser
agradable.
Puedo imaginar al señor Abad, al señor Cano y a mister Arteche, cada vez que han de firmar una barbaridad -las que ustedes ya conocen- desprovistos de elegancia y sus ojos vacíos de esa chispa de genialidad que produce reflexionar. Les veo imprudentes y ausentes de la humanidad. Señor Abad, aunque piense lo contrario, es usted un servidor público que no está facultado para mentir por escrito; pero como ha tenido la desfachatez y la imprudencia de hacerlo sin reparo alguno, lo voy a hacer público. Fíjese usted, señor Abad, que pienso que “necesita hacerlo” y quiere demostrar que puede hacerlo. Tiene motivos para estar preocupado al menos por sí mismo, ya que no lo está por las gravísimas consecuencias de sus actuaciones. Debería usted revisar el tipo de intención que vive en su conciencia.
Pienso que no hay que tener reparos para hablar de lo que está sucediendo con los enfermos graves dentro de AEMET. Y mucho menos si la situación puede llevar a que pierdan la vida, como así sucedió con el funcionario Luís Pizarro, en Huelva. En este sentido me siento legitimada, pues la situación previa es idéntica: yo hablo en nombre de mi madre, lo hago por ella. No quiero que desaparezca.
Hoy voy a publicar una perla espuria, escrita en lengua parda y firmada por el Director de Administración, Carlos Manuel Abad Ruíz, En su día me puse en contacto con MUFACE para que me confirmasen que no se estaban abonando las aportaciones de mi madre a dicha mutualidad. Lo mismo hice con clases pasivas. La contestación de Muface fue clara (Link a documento): las aportaciones están al día hasta mayo de 2010, es decir, que desde que empezó toda esta actuación de AEMET, no se están realizando. La contestación de Clases Pasivas fue mas ambigua, de ella no se puede deducir nada y nos recomiendan en su escrito ponernos en contacto con el Habilitado de AEMET para que nos lo confirme. Así se hizo: Link a documento; y la contestación fue ésta: Link a documento.
Lo primero que sorprende es que la contestación no la hace el Jefe de Servicio de Habilitación de Personal, a quien se realizó la consulta, sino que la hace el Director de Administración, Carlos Manuel Abad Ruíz. ¿Hace falta que una pregunta tan sencilla la conteste el Director de Administración? La impresión que tengo es que al Jefe de Habilitación no le hace gracia contestar sobre una actuación que le están obligando a llevar a cabo y con la que no está muy de acuerdo.
Vamos a analizar un poco el escrito. Empieza insultando, llamando mentirosa a mi madre: “me permito indicarle que lo que expone en su correo no es cierto, como usted misma puede comprobar”.
Sin embargo, lo que pone mi madre en su solicitud es: “He tenido conocimiento de que no están ustedes abonando las cuotas correspondientes a mi aportación a MUFACE desde mayo de 2010”.
Perpleja, me pregunto: ¿esto no es cierto? ¿Está mintiendo mi madre?
Siguiendo con el escrito del señor Abad, después de su escupitajo viene una explicación retorcida en la que detalla la manera en la que se efectúan los pagos de MUFACE; también habla de que en el certificado que MUFACE expidió a mi madre, en la columna “importes” están acreditadas dichas cantidades mensuales, es decir, los abonos, pero omite maliciosamente que en la columna de al lado “devoluciones” aparece la misma cantidad desde mayo de 2010, cuando en todos los meses anteriores encontramos en número "cero". ¿Quien está mintiendo, señor Abad Ruíz?
Además, no hace falta entrar en las honduras de las tablas, pues en el primer párrafo del certificado pone “... estando al corriente en al abono de sus cotizaciones hasta mayo de 2010, último mes en que AEMET le practicó el descuento de las cuotas ...” párrafo, por cierto, que el señor Abad Ruíz omite perversamente en su escrito. Conclusión: si se están ingresando las cuotas, pero a la vez AEMET exige su devolución, NO SE ESTÁN PAGANDO. ¿Dónde está la falsedad?
Pero resulta que en el escrito que firmó mi madre lo único que pregunta es si se están abonando las cuotas de Clases Pasivas (ya que de MUFACE conocía la respuesta): la contestación directa es que se está haciendo lo mismo que con MUFACE. Es decir, mi madre no cotiza a MUFACE ni a Clases pasivas; y a ella no se lo ha comunicado nadie de AEMET, muy en su línea, dentro del trato que la Agencia da a sus enfermos.
Como han podido comprobar esta correspondencia es un despropósito, un dialogo de besugos en el que se ha especializado el señor Abad, haciendo compota con la verdad y con la ley, no lo olviden.
Puedo imaginar al señor Abad, al señor Cano y a mister Arteche, cada vez que han de firmar una barbaridad -las que ustedes ya conocen- desprovistos de elegancia y sus ojos vacíos de esa chispa de genialidad que produce reflexionar. Les veo imprudentes y ausentes de la humanidad. Señor Abad, aunque piense lo contrario, es usted un servidor público que no está facultado para mentir por escrito; pero como ha tenido la desfachatez y la imprudencia de hacerlo sin reparo alguno, lo voy a hacer público. Fíjese usted, señor Abad, que pienso que “necesita hacerlo” y quiere demostrar que puede hacerlo. Tiene motivos para estar preocupado al menos por sí mismo, ya que no lo está por las gravísimas consecuencias de sus actuaciones. Debería usted revisar el tipo de intención que vive en su conciencia.
Pienso que no hay que tener reparos para hablar de lo que está sucediendo con los enfermos graves dentro de AEMET. Y mucho menos si la situación puede llevar a que pierdan la vida, como así sucedió con el funcionario Luís Pizarro, en Huelva. En este sentido me siento legitimada, pues la situación previa es idéntica: yo hablo en nombre de mi madre, lo hago por ella. No quiero que desaparezca.
Hoy voy a publicar una perla espuria, escrita en lengua parda y firmada por el Director de Administración, Carlos Manuel Abad Ruíz, En su día me puse en contacto con MUFACE para que me confirmasen que no se estaban abonando las aportaciones de mi madre a dicha mutualidad. Lo mismo hice con clases pasivas. La contestación de Muface fue clara (Link a documento): las aportaciones están al día hasta mayo de 2010, es decir, que desde que empezó toda esta actuación de AEMET, no se están realizando. La contestación de Clases Pasivas fue mas ambigua, de ella no se puede deducir nada y nos recomiendan en su escrito ponernos en contacto con el Habilitado de AEMET para que nos lo confirme. Así se hizo: Link a documento; y la contestación fue ésta: Link a documento.
Lo primero que sorprende es que la contestación no la hace el Jefe de Servicio de Habilitación de Personal, a quien se realizó la consulta, sino que la hace el Director de Administración, Carlos Manuel Abad Ruíz. ¿Hace falta que una pregunta tan sencilla la conteste el Director de Administración? La impresión que tengo es que al Jefe de Habilitación no le hace gracia contestar sobre una actuación que le están obligando a llevar a cabo y con la que no está muy de acuerdo.
Vamos a analizar un poco el escrito. Empieza insultando, llamando mentirosa a mi madre: “me permito indicarle que lo que expone en su correo no es cierto, como usted misma puede comprobar”.
Sin embargo, lo que pone mi madre en su solicitud es: “He tenido conocimiento de que no están ustedes abonando las cuotas correspondientes a mi aportación a MUFACE desde mayo de 2010”.
Perpleja, me pregunto: ¿esto no es cierto? ¿Está mintiendo mi madre?
Siguiendo con el escrito del señor Abad, después de su escupitajo viene una explicación retorcida en la que detalla la manera en la que se efectúan los pagos de MUFACE; también habla de que en el certificado que MUFACE expidió a mi madre, en la columna “importes” están acreditadas dichas cantidades mensuales, es decir, los abonos, pero omite maliciosamente que en la columna de al lado “devoluciones” aparece la misma cantidad desde mayo de 2010, cuando en todos los meses anteriores encontramos en número "cero". ¿Quien está mintiendo, señor Abad Ruíz?
Además, no hace falta entrar en las honduras de las tablas, pues en el primer párrafo del certificado pone “... estando al corriente en al abono de sus cotizaciones hasta mayo de 2010, último mes en que AEMET le practicó el descuento de las cuotas ...” párrafo, por cierto, que el señor Abad Ruíz omite perversamente en su escrito. Conclusión: si se están ingresando las cuotas, pero a la vez AEMET exige su devolución, NO SE ESTÁN PAGANDO. ¿Dónde está la falsedad?
Pero resulta que en el escrito que firmó mi madre lo único que pregunta es si se están abonando las cuotas de Clases Pasivas (ya que de MUFACE conocía la respuesta): la contestación directa es que se está haciendo lo mismo que con MUFACE. Es decir, mi madre no cotiza a MUFACE ni a Clases pasivas; y a ella no se lo ha comunicado nadie de AEMET, muy en su línea, dentro del trato que la Agencia da a sus enfermos.
ή 'Αημήτ άρχή |
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