jueves, 25 de julio de 2013

AEMET: otro error colosal.

Buenos días a todos los lectores de este blog. He estado muy atareada, entre exámenes, asuntos familiares y muchos papeleos. Como suele decirse, vuelvo a la carga.
Hay noticias, muy buenas noticias: mi madre ha sido jubilada con fecha 17 de junio.

Sufrió una inspección médica del Equipo de Valoración de Incapacidades, el día 3 de mayo de 2013 y el resultado fue jubilación por Incapacidad Permanente Total. Creo que ya está a salvo.
Por fin he logrado sacarla de las garras de ciertos desaprensivos, uno de los cuales ya no se sienta sobre un sillón sino sobre un pañal, otro pace entre sus debilidades y el tercero finge estar muerto. Todos ellos, grandes defensores de la degradación ética.
¿Saben? Pienso que la ambición es el sueño de los incapaces; y cuando éstos alcanzan cierto poder -voy tomar prestadas palabras de Oscar Wilde- se produce “la tiranía de las naturalezas pequeñas, de los débiles”: los galones que lucen representan el arresto de la ética y del daño que han ocasionado. Ésos son sus méritos.

La actitud de esta gentuza escudada en el poder es de una monumental cobardía, la más vulgar de las pasiones. Pero a todos los miembros de cierta especie les llega su San Martín... y un ejemplar ya ha caído.

Pienso, también, que mi iniciativa, si bien ha conseguido un propósito muy deseado por mí, no ha logrado lo que se proponía, que era que se cumpliese la ley. AEMET ha delegado en la decisión de otros -el EVI- antes que cumplir con la ley y con sus propias normas internas. No obstante, estoy feliz, muy feliz.

Ahora, fíjense: ¿piensan que cambió la actitud de AEMET al conocer el resultado del reconocimiento médico que obligaba a su jubilación? Para nada. El Señor Abad Ruíz y su piara se mantuvieron en sus trece: no se concedió a mi madre la Licencia por Enfermedad, y se le descontó el sueldo por inasistencia injustificada, añadiendo en su escrito la preceptiva amenaza de marras, “sin perjuicio de sus responsabilidades disciplinarias”, hasta el 16 de mayo de 2013.

Y me pregunto: ¿16 de mayo? ¿Qué tiene de particular el 16 de mayo? La inspección fue el 3 de mayo, el informe del EVI fue expedido el 9 de mayo y la fecha de jubilación, el 17 de junio.

La contestación a esto es muy rebuscada y demuestra claramente la vergonzosa y grosera actitud de AEMET con respecto a mi madre: han cometido un error colosal.
Verán: habitualmente, a ella le descontaban en la nómina de un mes, las ausencias del mes anterior. Por lo tanto en la nómina de mayo le descontaron todos los días de abril “que no estaban justificados”; en la nómina de junio le descontaron los días de mayo “que tampoco estaban justificados”, es decir, del 1 al 16. Como a partir del 17 de junio ya estaba jubilada, al parecer, no se han atrevido a descontar a una funcionaria jubilada por incapacidad, el sueldo de los días previos a su jubilación, por “inasistencia injustificada”. Pero sí se han atrevido a descontar, por “inasistencia injustificada”, el sueldo a una funcionaria que ha pasado un tribunal de jubilación y ha sido declarada incapacitada totalmente (desde el 3 de mayo al 16 de mayo).
Descabellado: para AEMET, mi madre tendría que haber ido a trabajar después de haber sido declarada incapacitada. Ni siquiera le han consentido el día que pasó el reconocimiento, circunstancia en la que todos los funcionarios españoles tienen permiso para asistir voluntariamente al médico; pero mi madre no lo tiene cuando ha de asistir forzosamente a un reconocimiento, como es el del E.V.I. Como decía, ese día también se le descuenta el sueldo.


Con todo esto ha quedado claro que de este lado no había fraude; los documentos publicados ya acreditaban mis exposiciones, pese a la sospecha que acechaba -por los actos infectos de los gerifaltes de AEMET-, y que podía sembrar alguna duda. Porque, sobre esa clase de gente, no cabe en la cabeza que puedan ir tan lejos (murió un hombre, no lo olviden), no teniendo razón ni motivos, y sin el acompañamiento de la ley. Sus actos han sido inspirados por la saña gratuita y la indiferencia por la dignidad humana, y ejecutados por amor a tales artes y al servicio de sus propios complejos, estoy segura de ello.

No sé si seré una ilusa, pero confío en que en el futuro, en mi vida laboral y privada, encontraré personas sabias. Aunque, no quiero ser injusta; ciertamente, desde que abrí este blog he contactado con gente estupenda, sabia y sensible, tanto en la Plataforma como en privado. Gracias a todos ellos me he sentido animada e impulsada a seguir cuando me sobrevolaba la amenaza (sí, amenaza), faltaban las fuerzas o me consumía la rabia. Siento que esta experiencia me ayuda a comprender y madurar; estoy aprendiendo mucho. Seguiré en la brecha, no lo duden, señores mandamases -y compañía- de AEMET: este capítulo de su intolerable proceder no está cerrado. Se sabrá todo. Llegaré hasta el final.

P. D.:Tengo que ocuparme de los exámenes de septiembre, y es verano, así que las publicaciones estarán más espaciadas. No obstante, como ahora lo puedo vigilar, el blog queda en abierto. Continuaré informando de todo lo que vaya sucediendo para que si hay alguien en una situación parecida a ésta pueda beneficiarse de nuestra experiencia.


La imagen procede de Google Imágenes.

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